jueves, 31 de marzo de 2016

7- Marily Morales Segovia

No creo exagerar si digo que Marily Morales Segovia es, lejos, la artista más prolífica de Corrientes. Más de 37 libros publicados – ensayos, novelas, libros de cuentos, poesías, antologías –, alrededor de un centenar de letras para chamamé, innumerables exposiciones artísticas de su propio cuño, colecciones de objetos de procedencia rural o urbana, de origen sagrado o profano, su obra es a todas vistas inabarcable. Entrar a la obra de Marily Morales Segovia es introducirse a un mundo fecundo, extenso, en el que la poeta va produciendo y liberando pensamientos y poemas que rompen las barreras; leer todo lo publicado por ella es como intentar leer entero a César Aira: siempre algo se escapa, y lo que se escapa dice algo esencial al conjunto y de lo que no sabremos nunca nada. No se reitera, no gira alrededor de un único tópico, sino que avanza, desprende diferentes concepciones del presente y el pasado, se renueva y hasta a veces irónicamente se niega a sí misma.




Marily por suerte nos ha dejado una pequeña, lúdica e intensa autobiografía en su libro Devocionario correntino y santoral chamamecero, donde dice de ella misma:

Ñánde Sy Guasu de la Canción Nueva. Es Pombera también. Aparece y desparece de -todas partes. Fue inmolada por los ñacurutú del monte y salvada por la Kaabi Yára en el Alto Paraná. Desde entonces el Pomero la sigue a todas partes. Empayesada por el chamamé, salvo la Vida y la Libertad, para Glorias de Nuestro Pasado.
Sobrenatural de Yaguareté Corá y sobrevivida en Corrientes (República Argentina ndayé) y Valencia (España).
Ascendió a la Tierra Sin Mal llevada por un coro de canciones infantiles y desde allí ha de venir para no juzgar, sino para hacer milagros.
Sus devotos deben cantarle chamamé al Pombero para que no le estropee los milagros.

Podríamos remontar el comienzo de la carrera artística de Marily Morales Segovia 62 años atrás, hasta 1954, cuando presentó en Corrientes su primera exposición de esculturas. O a 1957, cuando junto a Herminio Giménez preparan la música para la película Alto Paraná, del director ítalo-argentino Catrano Catrani. O hasta 1959, cuando edita su primer libro de poemas, La puerta, en la editorial Nord-Este que junto con Darwy Berti, Juan José Folguerá, Arturo Zamudio Barrios, Dora Norma Filiau y otros llevaron felizmente a cabo.


  


 Lo cierto es que de manera continuada desde entonces ha incursionado en cuanto género y arte se le ha cruzado por delante, dedicándose además al estudio de campo como periodista y entrevistadora para la “Enciclopedia de temas del Nordeste” (UNNE) y publicando allí un documento sobre el chamamé en 1972. Durante esos años promoverá el desarrollo de la generación de la Canción Nueva Correntina, y además de ser letrista de muchos de los músicos de esta nueva camada, junta su pluma al piano de Edgar Romero Maciel, y con él componen obras de carácter más orgánico como ser la Cantata a José Francisco, obra musical en homenaje a Don José de San Martín, canciones para chicos e incluso Corrientes Cuatro Siglos, canción oficial del festejo de los 400 años de la ciudad que fundara Vera y Aragón. Junto a ella han quedado en el cancionero popular de los correntinos La vida y la libertad, Glorias de nuestro pasado, Pombero, Bajo la luna de abril y otro buen puñado de versos.

La obra de Marily Morales continuará creciendo y diversificándose, y ni siquiera la distancia del mar entre medio que le impondrá su mudanza a Valencia le impedirá seguir en contacto físico y creativo con Corrientes. Siempre viajando, siempre volviendo, Morales Segovia publica y promueve a escritores de los dos lados del océano, y continúa aún tan activa como en sus primeros momentos junto al arte.



Sus primeros poemarios revelan ya dos constantes en su obra: en La puerta (1959) el tono más intimista, reflexivo y amoroso; en También Corrientes (1965) aparecen las personas, lugares y objetos de la tierra correntina. De este poemario es su Canto al hombre correntino:

Quise decir tu nombre
y contuviste mi llamado.
Aún no podía pronunciarte.

Tú me llevaste de las manos
por el rumbo
del viento norte y los lagartos.

Me obligaste a empezar contigo tu alfabeto
de señales indígenas.
Nací entonces palabra.
Palabra fui de tierra y agua
para encontrar tu acento y revivirlo.

(…)

Por los caminos de la lluvia
luna y más luna,
estrella sol y más estrellas.
El miedo es fugitivo que se oculta.
Me dijiste: laguna.
Te respondía: leyenda.
Un filo de cuchillos
en procesión de duendes
con manos de cigüeña,
y colmillo de puma
y huellas de lagarto y de serpiente.

(…)

Te nombro: Correntino
Y las letras me hacen
como espuelas de plata
rodando en la tormenta de un grito.

 


En muchos otros de sus libros (El río de todos, Devocionario correntino y santoral chamamecero y El libro del Pombero) su mirada se sumerge hacia el interior de Corrientes, hacia el pasado, hacia el universo mitológico, los santos populares y la tradición arraigada en el correntino. Pero en su poesía también emerge una mirada desde el presente; Fuera del Paraíso y Visiones de la voz son dos poemarios de 2005 y 2009 donde las problemáticas son acuciantemente modernas, cotidianas, universales: aparecen la Perestroika, el conflicto Oriente-Occidente, la automatización de la vida moderna. Por ejemplo en Visiones de la voz:

Tú preguntas.
Yo respondo.
Yo pregunto.
Tú respondes.

Y se forma
la trama
que envuelve
nuestro silencio.
(poema VIII de la sección “Tú y yo”)

            A lo largo del poemario en varias secciones aparece esta invitación a dudar de nuestras seguridades o saberes adquiridos: en “Enseñanzas” habla de los días creados para homenajear/comerciar con las relaciones humanas – día del padre, del amigo, del enamorado, de los muertos –; en “Noticias de Mutantes” nos revela de su propia experiencia que el amor eterno para los que mutan es el que dura un instante; en “Identidad” la definición del yo, lo propiamente uno, está atravesada por las miradas de los demás sobre uno, y por la idea que tiene uno de lo que los demás miran en uno, formando una especie de cajas chinas en la que no sabemos nunca si hemos llegado o no a la más pequeña donde se esconde finalmente la esencia humana. Esta deconstrucción de los modos de estar en el mundo se reitera en el poemario Fuera del Paraíso, donde hallamos en la sección “Variaciones sobre la libertad” poemas de una factura profundamente humana:

Hemos visto a los salvadoreños y colombianos
presos de la violencia y el narcotráfico.
A los africanos, esqueléticos,
presos de la desnutrición y el hambre.
A los chinos,
desgajarse en sangre sobre la plaza de Tian Namen.
Me gustaría saber dónde está la libertad.
(¿Libertad?)

            Y este poema/problema también es una constante en la obra de Morales Segovia, pues la libertad no sólo atañe al presente como aparece puesto de manifiesto en este poema, sino que además atraviesa al pasado reciente (Diálogo con Fantasmas  habla de sus amigos desaparecidos y de los pocos que han quedado para seguir luchando el sueño de libertad que se los llevó), y aún el pasado histórico, el de la gran herida de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, donde dice su conocido chamamé:

El negro quiere vivir
y está obligado a matar;
el llanto se le secó
esclavo de Portugal.
                                               (La vida y la libertad)

            El pasado – el mítico e histórico – está también infiltrado en la letrística chamamecera, y se hace patente a partir de la imaginería correntina que se cuela en sus canciones, en sus libros, en sus poemas. De manera manifiesta o velada, la poeta siempre está buscando hallar las imágenes que acompañan a la inocencia originaria:

Dónde estás, dónde te fuiste
duendecito con sombrero,
te has metido entre las plantas
y los juncos del estero.
En las siestas de naranjas
te me vuelves naranjero,
si te escondes en las ramas
dónde estás que no te veo.
(Pombero)
           
            El poeta es alguien que no tiene casa, que cuando posa sus pies en un lugar es sólo para descansarlos; en la sección “Portal” que abre el poemario Fuera del Paraíso, Marily Morales Segovia postula esta condición de beduino – o de peregrino – que define al poeta, no como una predestinación sino como una elección:

Los que elegimos nuestro destino
hemos pasado a ser
aquella raza de navegantes del desierto.
(VI)

Esta elección de ajenidad vitalicia le permite al poeta mirar su alrededor con el desapego necesario para hablar de él distanciadamente: ver a la gente en los bares practicar el antiguo rito de la seducción (Bar “La Tula” en la tarde), delatar el profundo absurdo de la burocracia (Trámite), o redactar “manuales” que son – como los de Cortázar en Historias de cronopios y de famas – un desnudamiento de prácticas internalizadas (Instrucciones para ser Esclavo e Instrucciones para convertirse en Amo). Ese desapego hacia lo circundante no se sostiene cuando irrumpe el recuerdo, pues con él lo vital se ve afectado y, por ello mismo, imbricado en aquello de lo que habla. Por eso en el chamamé Pintor de recuerdos, aunque acepte que el mar lo ha llevado “más allá del dolor y de mi tierra”, la distancia física que separa a poeta y tierra se disipa, el poeta beduino, poeta peregrino que no está apegado a su tierra en tanto materialidad, no se marcha nunca:

yo soy el que ha tornado y no regresa
porque nunca me he ido, no me he ido.
(Pintor de recuerdos)

 



Marily es – creo yo – inabarcable. No puedo escribir sobre todo lo que ella escribió, y ni siquiera sobre todo lo que leí de Marily. Por eso me escudo en su obra de teatro para niños Luna y Yerutí, donde Monchito quiere saberlo todo respecto al mundo y el doctor Cururú, muy sabio, le contesta:

Cururú: - ¿Todo? ¿Todo? Pues bien. Comienza por algo. Si consigues saber algo, pronto sabrás algo más, es posible que puedas llegar a saber mucho. Si logras saber mucho, puedes tratar de saber todo o resolver que prefieres no saber nada.
Monchito: - Eso es bastante difícil.

Cururú: - Ya lo ves. Todo es más que mucho. El conocer mucho produce mucho placer y… mucho dolor”.

5 comentarios:

  1. Excelente, magistral, y apasionante, descripcion de LA POETA, la artista, la leyenda.........

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  2. Muchas gracias, realmente es una autora con tantas aristas que hacer un recorte de su obra es complicado. Pero sí: es una artista completa. Saludos

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  3. Excelente mirada sobre la obra de la poeta y de la Correntinidad.

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  4. Muchas gracias Mario por la detenida lectura

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  5. Felicitaciones y gracias Facundo por este bello homenaje que le has hecho a nuestra querida Marily Morales Segovia. Permiso tomaré tu trabajo para hacer una ponencia de su vida y obra...Saludos

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